Juan Gabriel Orduña, en colaboración con su esposa Mari Palmeros y su equipo en Naolinco, Veracruz, ha logrado presentarnos granos excepcionales mediante procesos lácticos. Estos procesos, según mencionan, no son en absoluto sencillos, ya que requieren una supervisión constante y la gestión precisa de temperaturas bajas. Dado que trabajan con productos lácteos, existe el riesgo de descomposición en cualquier momento, lo que podría afectar todo el proceso, que no debe exceder las 64 horas. Tras la fermentación, los granos reposan en zarandas durante aproximadamente 15 a 20 días.
A pesar de las dificultades causadas por cambios climáticos y condiciones del suelo, la finca de esta pareja de productores, situada a 1340 metros sobre el nivel del mar, busca asegurar que cada cosecha que sale de su finca ofrezca al consumidor final un café verdaderamente extraordinario.